sin sangre, sin lágrimas y sin hijos;
un divorcio de abogado barato de traje gris,
de domingo de ceniza por la tarde,
sin dudas, sin nostalgia, sin reproche;
un divorcio sin pesares, sin fotos rasgadas
ni ropa quemada,
sin autentica desesperanza...
Vaya estafa de divorcio,
dijo el abogado;
os lo voy a hacer barato, bien barato,
o tal vez gratis.
(Esto ha sido un pequeño ejercicio/divertimento sin pretensiones, de intenciones irónicas,
ciertamente decadente, pero nada serio ni personal, que no se malinterprete...)
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada